Francisco se disculpó con Cruz, Hamilton y Murillo, que brindaron detalles de su reunión con el Sumo Pontífice.
Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, tres emblemáticas víctimas de abusos sexuales cometidos en Chile, fueron hospedados durante varios días en Santa Marta por el Papa Francisco, que los escuchó y se disculpó con ellos por lo que tuvieron que vivir: «Yo fui parte del problema, yo causé esto y pido perdón», revelaron que les dijo el Sumo Pontífice.
En una conferencia de prensa en la Sede de la Asociación de la Prensa Extranjera, los tres hombres definieron como «reparadores» los encuentros -individuales y uno grupal- que tuvieron en los últimos días con Francisco, a quien hallaron «increiblemente receptivo, atento y empático durante las largas horas de conversación».
Aseguraron además que el Papa estaba «verdaderamente y profundamente dolido» por su error de percepción de las cosas en Chile y le reclamaron «acciones concretas» y «medidas drásticas» para terminar para siempre con el abuso sexual y de poder, y del encubrimiento en la Iglesia.
«Con el Papa hablamos mucho y de varios temas. Nunca vi a alguien tan dolido cuando pide perdón como él: el Papa fue muy solemne, estaba también muy emocionado y me dijo ‘yo fui parte del problema, yo causé esto y te pido perdón'», contó Cruz, que había sido víctima de los abusos del sacerdote Fernando Karadima hace más de 30 años, así como también del encubrimiento del obispo Juan Barros.
En el año 2015, Francisco había designado a Barros al frente de la diócesis de Osorno, lo respaldó ante las acusaciones, rechazó dos veces su renuncia y tildó de «calumniadores» a las víctimas que acusaban al obispo de calumniador. Cruz, Hamilton y Murillo estaban entre esos denunciantes.
Luego de su gira por Chile, todo cambió: «Cuando regresó a Roma de Chile, el Santo Padre no volvió victorioso porque se dio cuenta del desastre que había sido la visita y de las mentiras de la Conferencia Episcopal chilena. El Papa habló con algunas personas y decidió enviar una misión especial a Chile», detalló Cruz, que confirmó que fue el informe realizado por su enviado especial a Chile, el monseñor Charles Scicluna, lo «que le abrió los ojos al Papa, que estaba mal informado».
El Papa escribió una carta a los obispos chilenos en la que pidió perdón, admitió haberse equivocado en su percepción y en donde adelantaba que tomaría medidas «de corto, mediano y largo plazo». Citó luego primero a las víctimas, y luego a los obispos chilenos.
«Estamos enfrentando la mayor crisis de la Iglesia en su historia, es una crisis interna que está matando la fe desde adentro, desde la credibilidad. La Iglesia no debe seguir apagando fuegos e incendios, como un bombero», sostuvo Hamilton.
«Le pedimos al Papa que no le tiemble la mano ante los crímenes y la corrupción que hubo en Chile con los abusos, pero que también hay en el resto del mundo y no sólo en el ámbito de la Iglesia, también en las familias, en centros deportivos, etc», aseguró por su parte Murillo.
«Hay una crisis, una epidemia y el Papa tiene que hacer algo concreto, radical. La Iglesia tiene que ser aliada en esta lucha contra los abusos, no refugio de encubridores», agregó.